lunes, 19 de abril de 2021

A mi esposo Carlos

Carlos Sánchez: sigues vivo en David e Isa 



Hoy es 19 de abril de 2019. Hoy se cumplen cinco meses desde tu muerte. Confieso que me da nostalgia, un poco de tristeza al recordar que no estás con nosotros. 
Pero miro mi cuarto, veo un cuerpo largo, grueso y tan blanco como tu tirado durmiendo. Es mi hijo David, te veo a ti en él. Y lo amo tanto. 
Cuando Isabella me saluda eufóricamente y me dice: ¡Mamá! Te veo a ti en ella. Y sonrío y soy feliz. Es la forma tuya de seguir presente en nuestras vidas, acompañándonos, a través de tus hijos, de David e Isa que los amo con la vida. 
No te voy a mentir y decir que tenemos todo resuelto, no. No tenemos todo resuelto, de hecho no tengo idea de que cómo haré para pagar el arriendo, comida de los niños y la electricidad. Obvio, tuve una crisis de nervios, me puse a llorar sin consuelo, llorar y llorar por horas sin parar, llena de mucha tristeza y a la vez, mucha rabia. Pensando, claro, que fácil es morirse para ti, eso es muy fácil, me dejaste con el paquete y no sé que haré. 


A quienes perdieron un esposo
Para las personas como yo, que han perdido un esposo, que enterraron a su esposo con el corazón hecho pedazos, saben de lo que estoy hablando. De esos sentimientos tan horribles que se generan en uno, la pérdida de tu cuerpo físico me generó mucha tristeza y mucha rabia en mi corazón. 
Desde el 19 de noviembre de 2020, día cuando moriste; me enteré por una llamada que sigue retumbando en mi cabeza la siguiente frase: "María, Carlos se murió". Desde ese día grité de dolor, llanto, angustia, desesperación y mucho dolor. Solo pensé quedé sola y ahora: ¿Cómo pagaré el arriendo? 
Esta angustia y dolor lo sufre cualquier mujer que pierda a su esposo por muerte. Ahora, una mujer que es inmigrante, aunque soy retornada. Yo siento que mi hogar es Venezuela, allá crecí, estudié y trabajé. Luego me tocó emigrar junto a mis hijos y esposo a Medellín, buscando un mejor futuro para mis hijos. 
Esa angustia es más grande. Con esa angustia he vivido cinco meses, alejada de todos, incluso de mi misma, de mis hijos, de mis familias, de mis amigos y de seres querido que me aman. 



Ausente
Estaba presente una Mary ausente espiritualmente. Nada me alegraba, absolutamente nada. 
Mi papá oró mucho por mi, incluso hizo ayunos para ayudarme a sentirme alegre de nuevo, a verle color a la vida nuevamente. A ser feliz. 
Mi amiga cristiana Jessica de Maracaibo, ella me invitó a la iglesia muchas veces. Yo fui con ella y allá lloré tanto también. 



También reflexioné mucho sobre la vida, recordaba cada palabra de mi esposo Carlos Sánchez. Él siempre fue muy enfático en decirme que debemos vivir la vida, que debemos vivir el presente, que debemos disfrutar el regalo de la vida. 
Que la gente diga, que dejo Carlos Sánchez. Y que digan, "el dejo de existir". Porque me encargué de vivir. Yo simplemente le observaba fijamente a los ojos y me reía. 

Él me decía, cuando mayor incertidumbre tenemos, mejor nos irá
Solo nos tenemos a nosotros mismos
Los hijos son de la vida
Soy feliz con mi presente, vivo feliz por mi hoy
Carlos fue muy feliz. Él tenía la capacidad de viajar a Estados Unidos y quedarse allá porque tenia visa americana y podía ajustarse a la ley de ajuste cubano o pedir refugio. Pero no lo hizo. Una noche llorando le pedí, por favor, vete a Estados Unidos y cambia al menos la vida de tus hijos. 
Él bailando un merengue, me dijo, no mamá, no voy a viajar a Estados Unidos, mis hijos si merecen una vida, pero yo no voy a dejar de vivir por mis hijos, no te voy a dejar sola. Quiero estar contigo, eres la mujer que amo, quiero aprovechar cada segundo y minuto a tu lado mi bella. No viajaré  a Estados Unidos, aquí me quedo a tu lado hasta que yo muera. 
Así lo hizo. Se quedó conmigo, hasta las 7:00 de la mañana del 19 de noviembre de 2021. Ese día, quise levantarme para abrazarlo, decirles buenos días. Me dijo, ni te muevas, no te levantes, sigue descansando. 
No descansé más nunca. Duermo poco, lloro mucho, vivo por vivir. Sentí que nada tiene sentido, que todo perdió sentido, yo misma, el trabajo, las redes sociales, Migrante Noticias, mis propios hijos, todo perdió sentido y solo era un robot que andaba por andar, vivía por vivir. 



Ya hoy 19 de abril, a las 12:43 de la tarde, escribo estas líneas con lagrimas en mis ojos pero lloro con amor. Algo bueno pasó en mi. 
El fin de semana, lloré tanto. De pronto, quise mirar al cielo azul y una montaña que logre ver. Mire al cielo y le pedí a Dios. Señor Dios ayúdame a sacar la tristeza de mi corazón, ayúdame a mirar tu hermoso cielo azul todos los días, ayúdame a ser feliz con lo simple de la vida como los pájaros. 
El domingo 18 de abril, durante la mañana, le seguí pidiendo a Dios que me de las ganas de vivir como la tienes los pajaritos que disfrutan el amanecer de cada día. 



La noche del domingo 18 de abril, luego de hacer un envivo exitoso con Colvenz. Algo cambió en mi. Fui feliz de pronto, de pronto hubo amor en mi. 
Ahora, esposo mío que ya no estás aqui conmigo físicamente. Te has multiplicado por dos, vives y estás presente en tu hijo David José Sánchez Iguarán y en Isabella Cristina Sánchez. 
Me toca vigilarlos, cuidarlos, amarlos, guiarlos y orientarlos por los dos. Me toca ser mamá, como le dije a mi hijo: "tal vez no sea la mejor mamá del mundo, tal vez no sea tan inteligente como tú, pero con mucho amor siempre estaré para ti y tu hermana". 
Este escrito es para ellos, por si algún día no esté porque Dios decide llevarme. Quiero que sepan que los amo, los amaré con toda mi sangre y mi corazón. 
Sobre nuestro futuro financiero. Haré de todo, lucharé para sacarlos adelante, venderé, orientaré en Migrante Noticias, seguiré buscando trabajo y proyecto donde estar. 
No se cómo será mi mañana, pero si sé mi hoy. Viviré el presente con amor. 





María Iguarán
Mamá y ser humano. 

Archivo del Blog